Sin categoría

Reflexiones

Llevar una hora y algo más en el hospital para hacerte una resonancia y que te digan que la espera va a ser muy larga… te hace pensar mil cosas y sobre todo, reflexionar.
Somos muchos los que estamos en la sala de espera. Miro a toda esta gente a mi alrededor. Los hay desde edad avanzada a no tanta. Familiares… amigos… parejas… los que se van, los que llegan tarde, los que vienen como yo antes de tiempo…
La enfermera que me ha atendido me ha explicado que había entrado una urgencia y que por eso se demoraba la espera.
Realmente, no somos consciente de lo importante hasta que vienen sustos, pruebas o ddiagnostics que te hacen replantearte tu vida. Todo lo que pensamos a diario deja de tener valor y solo nos preocupamos de lo que verdaderamente importa.
Cada vez que vengo al hospital (muchos sabéis que desde hace dos años estoy diagnosticada de esclerosis múltiple) es cuando en días como hoy, al hacerme una prueba, pienso sobre mi vida y como la estoy viviendo.
Yo no sé si el día de mañana o dentro de dos meses voy a encontrarme como ahora (bien dentro de lo que cabe) si podré seguir escribiendo (desde hace unos meses mis manos no responde como lo hacían antes)
Si la resonancia confirma que la medicación que estoy tomando no me hace nada, tendré que probar con otra y si eso es así, habrá más lesiones significativas (profundamente pienso que las debe de haber porque no estoy igual que hace un año) es ahora cuando pienso la de tantas oportunidades he perdido dejándolo todo para mañana. Y me arrepiento de no haber dado más de mi. De pasarme fines de semana tirada en el sofá cuando ahí fuera, hacia un sol esplendido, de no disfrutar lo suficiente de mis hijos, más de mi marido, más de lo que a mi me gusta, más de mi. ¿Lo hago a diario? Solo a veces. ¿Cuántas veces no has dicho? Bah, mañana lo hago y ese mañana se convierte en unos meses o hasta un año o más.
Solo reaccionamos cuando somos conscientes. ¿Los demás días somos unos inconscientes? No creo ¿no? Estamos tan automatizados y nos creemos tan invencibles… que no aprovechamos el día a día. Llevo desde los 15 años, diciendo… cuando sea mayor haré esto… esto otro… etc. ¿Lo he hecho? Solo algunas cositas y casi ni me acuerdo. Sobre todo, decía; cuando tenga dieciocho años voy a hacer lo que me dé la gana jajajjajajaja, que ilusa, me acostaré a la hora que quiera (hoy en día me acuesto más temprano) cuando tenga hijos le dejaré hacer lo que quieran (jajajajaja me meo) hay cosas que inevitablemente se tienen que hacer aunque no es lo que esperabas, pero así funciona esto.
La vida no se complica, nosotros la complicamos . Cuando no es por nosotros es por otra persona ajena.
Si el que bebe fuese consciente de que conducir puede no matarle a el, sino a otra persona… ¿cogería el coche? Pero si piensa. Nah, yo controlo… (te voy a dar yo a ti controlo)
Simples actos que nos ahorrarían tanto…
Estar en el hospital no solo me sirve para reflexionar sobre mi vida. Sino también guardarme las sensaciones para cuando escriba, humanizar a mis personajes.
Normalmente suelo escribir este tipo de cosas en un pequeño cuaderno o en algún papel. Hoy decidí compartirlo con todos vosotros.
Como el kindle y ebook, siempre me acompañan, voy a leer un poco y evadirme que ya sabéis que soy adicta a pensar y pensar mucho, es dañino para la salud.
¿Y a vosotros? ¿También os da por reflexionar y fijaros en toda la gente que está a vuestro alrededor?
Por cierto. Resulta que no me dijeron que tendría que venir en ayunas para hacerme la resonancia que será con contraste. Pues me he pegado un desayuno…
La enfermera me ha dicho que como es mucho tiempo de espera, me da tiempo a ayunar y tengo una sed… ¿hoy precisamente tengo muchas ganas de beber agua? En fin…

Coral Fernweh, no, esta vez, Coral a secas.

1 comentario en “Reflexiones”

Deja un comentario